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Descubre a mi diosa Venus

Venus, la divinidad del amor y la fertilidad en la mitología romana, se entrelaza con la belleza y la protección de la naturaleza. Sus dominios abarcan los jardines y la exuberancia de la flora, mientras sus símbolos, el delfín, el cisne y la foca, la conectan con la esencia marina de su nacimiento, surgida de las olas.

El origen de su existencia se teje en la mitológica historia del nacimiento desde la espuma marina, engendrada por la unión de los genitales de Urano y el mar tras el acto de ira de Cronos. La sublime criatura emerge en una concha, llevada por los vientos hasta las costas de Cítara, hoy conocida como Chipre.

Esta narrativa mística resalta la belleza divina que surge de la unión de fuerzas primigenias, enalteciendo la esencia de Venus como una diosa nacida de la unión entre el cielo y el mar, encarnando así la conjunción perfecta entre lo terrenal y lo celestial, entre la pasión y la naturaleza misma.

Venus y yo…

Mi conexión con la leyenda de Venus y su especial nacimiento es un reflejo íntimo de mi propia historia. Como la diosa, mi llegada al mundo fue especial, un parto sin dolor y sin anestesia que marcó el inicio de una existencia envuelto en una aura celestial y una conexión que lo trasciende todo con mi mamá.

Aprendí a protegerme y defender mi ser, construyendo un mundo interior como esa concha que simboliza mi resguardo. Es ahí en donde encuentro refugio, paz y la esencia de mi ser más íntimo.

Mi amor por la naturaleza, especialmente por las plantas, y los animales, así como la atracción innata hacia el agua y sus cauces revelan la danza mística entre mi alma y los elementos. El agua, con su voz misteriosa, me habla en un lenguaje especial, ofreciéndome protección y una conexión única con la esencia de la vida.

En gran parte me siento identificada con la imagen erguida de Venus sobre la concha, arraigada en la tierra y tocada

por la magia de los elementos. Mi historia, que contiene experiencias muy fuertes y dolorosas en mi infancia, me obliga a replegarme sobre mi misma para crecer y dejarme envolver por esta especie de útero que me contiene y me protege.

La mía es una historia tejida entre inocencia, protección, amor, crueldad, crecimiento y dolor… pero siempre pudiendo recurrir a ese espacio para cobijarme..

Aun así, experimento la vida como un poema romántico que resuena con la belleza y la conexión divina entre el ser humano y el mundo que nos rodea, y como Venus, se donde debo recurrir para protegerme y para crecer..